Gingrich reta a Obama en tono desafiante porque sabe que resuena en el electorado republicano.
Dice que está preparado para responder a cualquier difamación y promete que obligará a Obama a rendir cuentas si trata de ganar la reelección con una campaña negativa.
Su mensaje al GOP es claro: yo soy el tipo más duro al que Obama se haya enfrentado nunca.
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