El Gobernador Rick Perry ha presentado esta mañana un plan radical que pretende una transformación nunca antes vista del Congreso y el Tribunal Supremo desde un punto de vista estructural. Con este plan, el candidato rompe definitivamente lazos con el establishment de Washington DC, donde el plan no será bien recibido, y apuesta por competir como un outsider.
"Yo no creo que Washington necesite una nueva capa de pintura, creo que necesita una completa revisión. Necesitamos arrancar de raíz, derribar, y volver a construir Washington DC y nuestras instituciones federales," ha dicho el Gobernador de Texas.
Propone recortar a la mitad el salario de los congresistas y senadores, que ganan tres veces más que una familia media, y hacer de su actividad en el Congreso un trabajo de tiempo parcial para que la política no sea su medio de vida y se busquen otro empleo fuera de las instituciones públicas. La idea es configurar el Congreso federal de acuerdo con los rasgos y principios que definen la Legislatura de Texas, donde las cámaras se reúnen con poca frecuencia y los legisladores tienen un sueldo mínimo y tienen que ganarse la vida con otras actividades privadas.
"Es hora de crear un Congreso de tiempo parcial donde el sueldo de los legisladores sea recortado a la mitad, el presupuesto de sus oficinas sea recortado a la mitad, y el tiempo que pasan en Washington sea recortado a la mitad."
Promete además promover leyes para criminalizar el tráfico de influencias de los miembros del Congreso. Esto incluiría la encarcelación de los legisladores que cierren acuerdos financieros basándose en información privilegiada.
También quiere que la aprobación de cualquier subida de impuestos requiera el acuerdo de dos tercios de las cámaras.
En cuanto a la rama judicial, propone terminar con el nombramiento de jueces federales vitalicios, y aprobar una enmienda constitucional que limite a 18 años el mandato de los jueces del Tribunal Supremo. El objetivo, según Perry, es acabar con la impunidad con la que estos jueces se dedican a legislar desde el tribunal.
En otro orden de cosas, quiere rebajar el gasto federal en un 18% del Producto Interior Bruto, reformar el Departamento de Seguridad Nacional, eliminar los departamentos de Comercio, Educación y Energía, privatizar la seguridad de los aeropuertos, privatizar Fannie Mae y Freddie Mac, reducir el tamaño de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), y dictar una moratoria de todas las regulaciones federales pendientes.
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