El Presidente propuso un paquete de medidas valorado en 447,000 millones de dólares, de ellos 253 en deducciones fiscales y 194 en gastos en forma de planes de ayuda, programas laborales y sus famosos proyectos de construcción.
El plan incluye una rebaja a la mitad del impuestos sobre la nómina valorado en 65,000 millones; extensión de otras deducciones de los salarios de los trabajadores valorado en 175,000 millones; 5,000 millones en deducciones a empresas durante un año por sus inversiones en infraestructuras; 35,000 millones de dólares en compensaciones para empresas en dificultades que contraten nuevos empleados; y 50,000 millones para la modernización del sistema de transporte.
El Presidente sabe que el plan tendrá un difícil paso por el Congreso, así que su discurso fue de marcado carácter político, orientado a animar a sus seguidores, a presionar a los republicanos, y a justificar probables giras electorales con el dinero del contribuyente. "Deberían aprobarlo. Es mi intención llevar este mensaje a cada rincón del país."
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