Herman Cain dejó claro que cree que la vida empieza en la concepción "sin excepciones", y que el aborto debe ser proscrito. Prometió no nominar a jueces activistas y eliminar la financiación pública de Planned Parenthood.
Su discurso fue el menos enfocado hacia los asuntos sociales. Fue más bien un discurso inspiracional de los que tanto le gustan. Habló de libertad, del triunfo sobre la segregación, del excepcionalismo americano, de la búsqueda de la felicidad, y de su confianza en la habilidad de los conservadores para reclamar una oportundiad para gobernar.
Hizo un llamamiento a la acción no exento de sentido del humor:
"Como dice el gran filósofo Emeril Lagasse, 'hagámoslo mejor.'" Se mofó de la rigidez de la prensa, diciendo que ahora escribirán que Cain cree que el cocinero televisivo Emeril Lagasse es un filósofo. "¡Es un chiste!"
Continúa: Parte 2
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