miércoles, 12 de octubre de 2011

Debate en el Dartmouth College



Fue otra buena noche para Mitt Romney. Sus rivales cuestionaron su historial económico, su plan de empleo y la reforma sanitaria de Massachusetts, pero esquivó las críticas con facilidad. Demostró ser un experto en dar la vuelta a las preguntas y orientarlas en la dirección que le interesa. Y, lo que es más importante, volvió a encontrar el tono adecuado para sonar como un conservador sin asustar a los independientes.

Por contra, para Perry nada resultó fácil, ni siquiera mantener su presencia en el debate. Estuvo más relajado y seguro que en debates anteriores, pero emitió menos energía en pantalla.

Durante uno de los intercambios, Perry equiparó el RomneyCare con el ObamaCare. Romney pivotó y además de prometer que revocará el ObamaCare si es elegido Presidente, le recordó a Perry que en Texas hay un millón de niños sin seguro médico. "Nosotros tenemos el menor número de jóvenes sin seguro de cualquier estado en América. Vosotros tenéis el mayor número. Bajo el Presidente Bush (cuando era Gobernador) el porcentaje de los no asegurados descendió. Bajo tu liderazgo, ha subido." En lugar de dar una explicación sobre el alto número de no asegurados de Texas, Perry se puso a hablar de su plan energético.

El gran protagonista fue Herman Cain. Sentado entre Romney y Perry, con corbata amarilla por supuesto, moderó su descaro y lució un porte más serio pero igualmente desenvuelto. No se resquebrajó ante las críticas al impuesto nacional sobre las ventas que contiene su plan de impuestos, y supo diferenciarse de sus rivales citando que su plan es el único que no está arraigado en el status quo del actual código fiscal.

Como un buen vendedor, aprovechó cualquier oportunidad para promocionar su plan 9-9-9. Y aunque no entró en demasiados detalles, el 9-9-9 es lo que va a quedar más fresco en la mente del público porque, como dijo él mismo, es más fácil de recordar que el exhaustivo proyecto de 160 páginas y 59 puntos de Romney.

En líneas generales hubo bastante acuerdo entre los candidatos en los principios fundamentales de la política económica: la necesidad de revocar el ObamaCare, derogar leyes de regulación financiera, rechazar los rescates financieros, y contener el gasto público.

Newt Gingrich y Ron Paul fueron algo más lejos que los demás, extendiendo sus críticas también a la Administración Bush.



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5 comentarios:

Juan dijo...

Creo que Perry es incapaz de reaccionar. Tiene problemas de comunicación y de lentitud mental que no se arreglan en dos días.

Anónimo dijo...

Me da la sensación que si el próximo martes 18 de octubre, en el debate de LasVegas, no reacciona esto se puede dar por concluído.

Romney candidato. No bostante soy de la opinión de Casto que señala que Mitt es el mejor de todos de largo.

Antxon G. dijo...

No es fácil sacar partido de este tipo de debates cuando estás en la situación de Perry. El formato te limita muchísimo. Hacerlo mal es lo único que provoca consecuencias. Y Perry necesita que los otro lo hagan mal, ya no depende sólo de sí mismo.

Nadie gana la nominación gracias a estos debates, pero sí hay quién la pierde por culpa de ellos. Y es lo que le pasó a Perry con su actuación en el último debate.

Romney es el más preparado. Eso es evidente. Maneja datos, números, es más específico, y está mucho más entrenado. Pero decir que ya es candidato es precipitado. Si el Tea Party consigue unirse en torno a un sólo candidato (ahora mismo herman cain es la opción más evidente) Romney todavía puede pasar malos ratos cuando empiecen las votaciones.

Y ojo a Gingrich, está creciendo y es de los más creíbles en los debates.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con los últimos comentarios. A Perry se le está acabando el tiempo para reaccionar y colocarse como alternativa a Romney. Una combinación de mala suerte, antipatía por parte de los mass media y falta de preparación están hundiendo su campaña. Pero de todas maneras aun no está acabado ni mucho menos. Tiene dinero suficiente en el banco para mantenerse a flote y más, y una victoria temprana en Iowa (que sigue siendo perfectamente posible) lo puede devolver a la primera línea.

Un saludo:
Cornelio Sila

Antxon G. dijo...

Está claro que una victoria en Iowa lo cambia todo. A estas alturas de 2007 Hillary estaba en un 70% en las apuestas de Intrade y su nominaicón parecía inevitable. Cuando Obama ganó Iowa, la cosa cambió.

El problema para Perry es que Cain y Gingrich están surgiendo como alternativas conservadoras y ya no es más una carrera a dos entre Romney y Perry. De modo que ahora mismo parece más probable que sea otro el que capitalice el voto anti-Romney.