En una de las históricas plantas de acero de US Steel en Pittsburgh, Pennsylvania, una región que ha perdido miles de empleos en el sector metalúrgico, el Gobernador Rick Perry ha prometido aplicar a nivel federal lo que en Texas funciona.
Ha presentado un plan que contempla crear 1.2 millones de nuevos empleos y reducir la dependencia de las fuentes de energía extranjeras, anulando las regulaciones medioambientales y expandiendo la exploración de gas y petróleo en tierras y mares federales, incluídos la Reserva Ártica de Alaska, el Golfo de México o el Atlántico.
Cree que sólo explotando las reservas de gas del Marcellus Shale, un campo de los Apalaches ubicado en el centro de Pennsylvania, se pueden crear hasta 250,000 nuevos empleos en distintos sectores. Esto no hará ninguna gracia a los ecologistas que advierten del peligro de contaminar las aguas subterráneas, pero gustará a los blue-collar workers.
Ha asegurado que el Congreso jugará un papel insignificante en la puesta en marcha de su plan porque piensa hacer uso de la autoridad unilateral de la Presidencia: "Puede ser implementado rápidamente y libre de los atascos de Washington porque la mayor parte del plan no requiere acción legislativa. A través de una serie de órdenes ejecutivas y otras acciones ejecutivas empezaremos el proceso de crear empleo inmediatamente después de la inauguración de una nueva Presidencia."
El plan es un primer paso para llenar de un mayor contenido el programa electoral de Perry.
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