"The erosion of our confidence in the future is threating to destroy the Social and the Political fabric of America. The confidence that we have always had as a people, is not simply some romantic dream, or a proverb in a dusty book, that we read, just on the Fourth of July. It is the idea of which founded our nation and has guided us in our development as a people.Podrían ser palabras pronunciadas por el Presidente Obama cualquier noche de estas en la televisión nacional, pero pertenecen al famoso Malaise Speech del Presidente Jimmy Carter.
Confidence in the future has supported everything else. We've always believed in a thing called, progress. We've always had a faith, that the days of our children, would be better than our own.
Our people are losing that faith. For the first time in the history of our country, a majority of our people believe, that the next five years, will be worse than the past five years. We were taught that our armies were always invincible and our causes were always just, only to suffer the agony of Vietnam. We respected the presidency as a place of honor, until the shock of Watergate.
We've got to stop crying and start sweating. Stop talking and start walking. Working together, with our common faith, we cannot fail."
Las pronunció en el mes de julio del año anterior a las elecciones. Su liderazgo estaba fracasando y cargaba la responsabilidad del fracaso sobre los hombros de los ciudadanos. Una filosofía política que nunca había creído en el poder de la iniciativa individual para transformar la sociedad o superar las crisis, reclamaba ahora economía, ahorro y sacrificio a los individuos. La gravedad de sus palabras hizo que los votantes le concedieran un año más de crédito antes de dejar de confiar en él definitivamente.
A muchos les sonará familiar y cercana esta historia porque algún sinvergüenza en algún otro país ha desarrollado su propia versión del discurso pesimista, de la apelación a la responsabilidad del pueblo sobre la de los líderes, para amordazar a los críticos y prolongar la agonía de un liderazgo fallido. "Callar y arrimar el hombro."
No hay comentarios:
Publicar un comentario