Una imagen impensable en este Siglo XXI. El Presidente de los Estados Unidos haciendo campaña subido al techo de la sagrada limusina presidencial. La foto pertenece a los últimos días de la campaña de 1976. Un incansable Gerald Ford trata de superar su desventaja en cuatro condados metropolitanos que necesita ganar para llevarse Nueva York y New Jersey.
Ford hizo un uso casi abusivo de la limusina presidencial en aquella campaña. Muchos de sus actos electorales consistían en desfilar por la avenida central de cada pueblo con el techo corredizo del vehículo abierto. Acercar al pueblo todos los lujos de la Presidencia, un coche a prueba de balas con sello oficial no se ve todos los días, era un modo eficaz de atraer más público a sus actos.
Tuvo un altercado en una ciudad de Connecticut. El Servicio Secreto y la policía local se olvidaron de cerrar al tráfico una calle que cruzaba por su ruta y un despistado que llegaba de esa calle chocó con su coche contra la limusina. Lo siguiente que vio el pobre conductor fue a los agentes del Servicio Secreto abalanzándose sobre él armados con metralletas israelíes Uzi. Lo arrestaron pero fue liberado al poco rato. Es la única vez en la historia que otro vehículo ha colisionado contra la limusina presidencial.
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