Obama ha conseguido lo más urgente para él, evitar que haya que volver a negociar el tema hasta después de las elecciones de 2012, pero a cambio vuelve a inyectar una nueva dosis de desencanto en la izquierda de su partido.
¿Se reabrirá el debate sobre un posible desafío a Obama desde la izquierda en forma de candidato-protesta en las primarias?
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