The first primary isn’t for four months — an eternity in politics. Perry has been exposed to the national spotlight for all of two weeks. He hasn’t shared a stage with the other candidates yet, hasn’t spent much time on the trail, hasn’t had to wed the vision of his candidacy to the more perishable reality of a campaign. In the next round of debates, Michele Bachmann and the lesser right-wing contenders will have every incentive to attack Perry, because he’s siphoning away their kind of voter. If Sarah Palin gets into the race (which I still doubt), she’ll have to take the fight to Perry as well. Meanwhile, unless Jon Huntsman starts getting traction, Romney doesn’t have to worry about any of the rival candidates making a play for his core supporters. (If Perry is the only plausible alternative, the Massachusetts governor has the moderate-East Coast vote locked up.) And once it becomes clear that Chris Christie (alas!) isn’t riding over the hill to save them, he can probably count on a steady drumbeat of favorable press from a movement-conservative establishment that’s heretofore been keeping him at arm’s length. So why not wait and see a little bit, let Perry have his moment in the sun, and save his punches for the months when more voters start to pay attention?
The greatest danger to Romney’s candidacy — the thing that could destroy him long before the voting even started — has always been that a more appealing establishment candidate would enter the race, catch fire, and swipe his core constituency out from under him. But so far, the men who could have played this role have either passed on the race entirely (Mitch Daniels, Jeb Bush, Paul Ryan, Haley Barbour, Jon Thune), flamed out early (Tim Pawlenty), or failed to move the needle (Huntsman). This has left Romney in exactly the position he wanted to occupy: He’s the most electable guy in the field, and he’s probably going to be the default choice for an establishment that can live with him even if it doesn’t love him.
sábado, 27 de agosto de 2011
No reaccionar sobremanera y esperar a ser el nominado por defecto
Es lo que le recomienda Ross Douthat (New York Times) a Romney:
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4 comentarios:
El problema de este analisis es que se puede predicar, a la inversa, de Perry. Es decir, puede que el establishment no adore a Perry pero podría vivir con el.
Ademas, aunque no son situaciones comparables, los casos de Mike Castle, Sue Lowden, etc.. en las elecciones de 2010 demuestran que,, por mucho que presione el establishment, cuando un candidato no conecta con la base republicana tiene muchas dificultades para conseguir la nominación.
Para mi, Romney esta perdiendo el tiempo especulando con su posición y creo que luego lo va a lamentar y mucho.
Rockford.
El problema es que es muy arriesgado pasar al ataque tan temprano, y puede que le convenga esperar un poco hasta conocer la verdadera dimensión de la candidatura de Perry.
Romney es un candidato que se siente incómodo iendo en negativo. Lo vimos en 2008 cuando empezó a atacar a McCain y aquello fue interpretado como un síntoma de debilidad. Tiene miedo de dar síntoams de debilidad o desesperación.
Y tal vez esté enfocando el asunto de otro modo. Si yo te pregunto, ¿crees que en el equipo de perry están deseando que Romney se lance contra ellos? ¿Tú qué responderías? Yo respondería que sí, y puede que en el equipo de Romney también lo crean así y piensen que de momento les conviene más dejar que el escrutinio de la prensa se centre exclusivamente en Perry o que otros rivales hagan el trabajo sucio mientras se olvidan de él.
Yo creo que no se van a precipitar mientras no vean que pierden terreno en New Hampshire.
Es posible que así también pueda perder la nominación, pero de la otra manera existe el riesgo de que la pierda antes.
En eso te doy la razón, Romney no es bueno siendo negativo; es un estilo que no le cuadra bien. es capaz de ser un poco duro pero si se pone muy negativo queda mal. Contra cualquier otro candidato la tactica me parecería bien pero contra Perry no lo veo tan claro. Me da la sensación de que Perry va a ir a por todas tambien en NH por lo que la sensación de pasividad que esta transmitiendo el campo de Romney no es buena.
Como tu has dicho varias veces en el blog el apoyo de NH Union Leader va a ser muy importante. Desde que Perry anuncio la candidatura lo vengo mirando y no lo trata mal.
Rockford.
Creo que es demasiado pronto para tener que decidir si ir en negativo o no. Es imposible soportar 4 meses en negativo, las campañas negativas son más efectivas en el corto plazo para conseguir resultados inmediatos sin tiempo para que vuelvan a cpbrarte la factura.
Creo que en este momento el auténtico dilema de Romney es qué demonios hacer con Iowa, si seguir igual, ni frío ni caliente, si renunciar del todo, o si involucrarse más.
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