La eliminación de Osama Bin Laden le ha supuesto al Presidente Barack Obama un incremento de 5 puntos en el índice de aprobación de Gallup. El pasado fin de semana estaba en el 46% y en el primer sondeo posterior a los felices acontecimientos se sitúa en el 51%, su nivel más alto en dos meses y medio. Rasmussen da cifras similares. Es una variación pequeña pero puede ser interesante si consigue mantener la tendencia.
George W. Bush experimentó un incremento de 7 puntos con la captura de Saddam Hussein en diciembre de 2003, partiendo de mejores números. Antes de la captura de Saddam, Bush se situaba en un más que aceptable 56% de aprobación. Después de la noticia saltó al 63%. Diez meses y medio después fue reelegido con el 51% de los votos.
6 comentarios:
En principio con estos numeros, la situacion economica y el nuevo mapa electoral, la situacion pinta mas compleja para Obama. Igualemente creo que los republicanos enfrentan el reto de tener un partido mucho mas dividido que el que tenian los democratas en 2004. La primaria republicana puede tornarse sangrienta y dejar numerosos heridos.
Daniel Arg
La caída de Dean fue bastante sangrienta. Pero ocurrió con suficiente tiempo como para poderlo utilizar como una experiencia positiva, y reunir a un variado electorado en torno al odio a Bush. Muchos no votaron por Kerry, votaron contra Bush.
Obama puede serles igualmente útil a los republicanos para terminar uniéndose en la conveniencia de apoyar a un candidato viable. Pero como se vio entonces, el hacer una campaña sólo en contra de algo, sirve para polarizar el electorado y plantear una elección igualada, pero no da como para ganar. Para ganar además de eso hay que conseguir que una mayoría de un sector muy cocnreto del electorado (el 8 o 10% que verdaderamente es independiente) vote por tu candidato, y no sólo en contra del otro. Digamos que cada bando parte con 45% asegurado, y la elección la gana el que convence a una mayorái simpel del 10% restante.
Pero bueno, en aquella ocasión el debate se centró en asuntos muy pasionales. En esta ocasión si la cosa se centra en la economía, es más fácil plantear una alternativa, siempre y cuando el perfil delc andidato sea creíble para hacer ese papel, y siempre que la realidad económica sostenga su discurso.
Como dijo uno de los precandidatos republicanos, un presidente siempre tiene ventaja. No tiene que pelear por financiar primarias, y le sobra tiempo para buscar dinero para su reelección.
La excepción a esa comodidad fue la de Carter en 1980, al tener que pelear duramente hasta el final con el fallecido Ted Kennedy, con el resultado que todos sabemos.
En el campo republicano no hay nada escrito sobre favoritos. Ni estrategias a medio plazo, solo pelear cada estado de las primarias y hacerse visible desde el comienzo. Guliani ya hizo el tonto hace cuatro años, creyó que centrándose en unos pocos estados podía llegar, pero ya había desaparecido para sus votantes. S Pero claro, está el tema de la financiación. Y un candidato con una campaña tradicional en las formas, con muchos viajes, carteles, anuncios en televisión o con uso superficial de redes sociales, tendrá una campaña cara pero ineficiente. Así que si uno hace una estrategia eficiente, sin pasarse de listo como el ex alcalde de Nueva York, puede tener muchas papeletas para la nominación del GOP.
Me acuerdo de un viejo capitulo del Ala oeste donde Vinick, candidato republicano, (Alan Alda) decia: soy candidato de un partido que en Europa estaria dividido en 3 partidos diferentes. Eso es mas notable que nunca en la primaria republicana 2012. Por el lado democrata y a diferencia de Carter o Bush92 (con su victoria pirrica en New Hampshire), Obama no enfrentara retos internos en las primarias, lo cual lo deja bien parado de cara a la eleccion. Todo se centrara en economia, pero los procesos internos de cada partido son los que dan bases solidas o no a los candidatos de cara a la general.
Daniel Arg
Hay teorías contrapuestas respecto a las primarias. Hay una visión más "conservadora" que favorece que estas se resuelvan cuanto antes para que el candidato que salga pueda concentrarse desde el mes de marzo en la elección general. Y hay otra que defiende que unas primarias vivas y largas ayudan a atraer más votantes al proceso interno, a registrar nuevos votantes, a recaudar más dinero, y acercan más al nominado resultante a la sensibilidad del elector.
Las dos teorías tienen parte de razón. Las primarias son malas para un presidente en funciones. Pero para el partido de la oposición no tienen por qué serlo. Se ha visto en las últimas tres elecciones.
A mi personalmente no creo significativa la subida de popularidad de Obama. En circunstancias normales el índice de aprovación habrían superado el 70 % pero la economía pesa muchísima y la política económica de Obama es pésima. Hay incluso previsiones que a partir del próximo mes de agosto las cosas, me refiero a la economía, erán a peor. El Presidente Bush padre, en su segundo año y medio de mandato obtuvo un indíce de aprobación superior al 83% pero un año y medio después la economía lo puso de regreso a Texas. Así son las cosas.
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