El Presidente Barack Obama está en plena gira (no electoral) por algunos estados del Oeste para promocionar su política energética y salir al paso de las críticas de los republicanos por el alto precio de la gasolina, que amenaza con convertirse en el gran tema de debate del año.
En Oklahoma, el Presidente ha explicado que acelerará la construcción de la parte menos polémica del oleoducto Keystone XL, la parte sur que va hasta las refinerías de la costa de Texas, para agilizar el transporte nacional de petróleo. El resto del proyecto lo descartó para evaluar mejor su impacto ecológico, y los republicanos lo han convertido en un arma perfecta para acusarle de no pensar en los bolsillos de la clase media.
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