jueves, 6 de septiembre de 2012

Charlotte: Bill Clinton

En un discurso vintage de casi 50 minutos, probablemente más largo que el del propio nominado, el ex Presidente utilizó sus dotes de persuasión para validar las políticas de Obama. Explicó con más talento todo aquello que Chicago repite sin demasiado efecto: que el Presidente ha evitado que el país caiga en la depresión, que ha salvado la industria del automóvil, que el recorte de 716 millones al Medicare en el ObamaCare no afectará a los beneficiarios del programa que será solvente hasta 2024... Incluso hizo que pareciera creíble el dudoso retrato de Obama como un Presidente pragmático que busca el compromiso pero se ve obstaculizado por los republicanos.

Y, aunque mencionó una sola vez a Hillary, seguramente su mayor conquista fue la de preparar el terreno para una segunda candidatura de su mujer. La atmósfera de reconciliación con Team Obama, con un abrazo figurado seguido de uno literal, se asemejó a la rúbrica de un trato definitivo. Un hoy por ti, mañana por mí. Si Obama no apoya a Hillary mañana, parecerá un desagradecido.

Transcripción del discurso.

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