viernes, 23 de marzo de 2012

Romney se impone gracias a su mayor estructura organizativa



Erin McPike (RealClearPolitics):
Mitt Romney's superior organization is helping him stave off Rick Santorum as the Republican presidential primary moves toward its later stages, despite a series missteps exemplified by this week's Etch a Sketch gaffe.

The front-runner's ability to amass financial resources, staff and elected officials in states across the country -- which amount, collectively, to his organization -- is often cited as the chief reason he will ultimately triumph over his GOP competitors and secure the nomination. Indeed, as he’s struggled to close the deal with Republican voters, it’s the resources he’s been able drawn upon on that have made the difference in primary after primary.

As the aide to one prominent Republican official who endorsed Romney -- and who helped draw out the vote in his very critical state -- said, the campaign “didn’t expect the primary to go on this long, and they needed fast, last-minute assistance.”

Endorsements haven’t helped the former Massachusetts governor in every single contest (such as Mississippi and South Carolina), but in a series of recent elections, endorsers have deployed their organizations to help put him over the top. Ohio Republican Sen. Rob Portman was a key example in the Buckeye State; Illinois Rep. Aaron Schock played a similar role for Romney in this week’s contest.

In that primary, poll numbers in Illinois showed the race narrowing one week before voters went to the polls. Once Romney knew he would coast to a win in Puerto Rico, the campaign sent him to the Land of Lincoln to lock down a victory there.

In an interview, Schock attributed Romney’s solid win to the time he spent in downstate Illinois. Schock pointed to two rallies in that region, including one on election eve in Peoria, as emblematic of the last-minute push that helped Romney turn out his voters.

But the driving reason those events were scheduled in the first place was this: When Schock endorsed Romney ahead of the primary season’s start, he traveled to some of the early states with Romney’s campaign and got to know some of the chief strategists, including Eric Fehrnstrom, Matt Rhoades and Stuart Stevens.

When the campaign moved to Illinois, top aides went to Schock and his team to learn what they should do and where they should go, then followed his advice to the letter.

Romney wound up winning the downstate area, which should have been a Santorum stronghold.

“I was very impressed by how they seek out local members of Congress for advice and then act on it,” Schock said of Romney’s staff.

The same was true in Ohio, where Portman helped Romney to a narrow one-percentage-point victory over Santorum by increasing his margins in Portman’s home base of Cincinnati and the surrounding suburbs -- another expected Santorum stronghold. Romney spent an entire day in the area the weekend ahead of Super Tuesday and used Portman’s organization and pull to maximum effect there. Romney had had a bare-bones organization in the state given the primary’s placement in the third month of contests, and he needed Portman’s support to mobilize the vote.

“It does make a difference,” said Romney spokesman Ryan Williams of the organizational heft that endorsements -- and the endorsees’ own organizations -- can bring.

“Endorsements are more than just names on a sheet of paper,” he said. “Where they can help is that there are certain surrogates where you can plug in their organization to the national campaign to draw out votes.” He pointed to Schock in Illinois, Portman in Ohio and Kelly Ayotte, the junior senator from New Hampshire.

As campaigning shifts into Santorum’s base of Pennsylvania ahead of its April 24 primary, Williams pointed to home-staters like Phil English -- a former congressman -- as political figures who can boost Romney’s organization. Romney also has the support of former Pennsylvania Gov. Tom Ridge as well as Reps. Bill Shuster and Jim Gerlach.

It’s support like that -- and the extended networks behind these officials and former officeholders -- that can help Romney narrow the margins in areas where Santorum is naturally strong. And that will be crucial for him when voters in the Keystone State cast their ballots next month.

5 comentarios:

Pedrito de Andía dijo...

Es interesante la lectura que hace el artículo sobre los endorsementes (por cierto, ¿cómo lo traduciríais? ¿Apoyos?). De lo contrario, no entiendo la obsesión de Romney con ellos. No le han aportado casi nada hasta ahora. Ha perdido estrepitosamente en estados donde todos los repúblicos relevantes le habían dado su endorsement, y lo ha hecho bien en otros con menos apoyo del establishment.

Sobre el tema central, la campaña de Santorum, sigo diciendo que están logrando un milagro. Partían de la nada. Han sacado un partido impresionante, con pocos precedentes, a la ecuación dinero-delegados. Es una campaña austera, con pocos anuncios de televisión, en positivo, pisando mucha calle y con discurso original. No hay más medios que esos. Pero está siendo una campaña divertida, vibrante, fresca y con valores. Yo, al menos, me estoy divirtiendo.

No oculto mi simpatía por Rick Santorum como candidato y como POTUS. Pero, aunque gane Romney, creo que Santorum ha hecho muchísimo. Ha demostrado que el dinero no lo es todo. Y nos ha regalado (tanto a los estadounidenses como a los ciudadanos de otros países interesados por la actualidad política) una campaña divertidísima.

Antxon G. dijo...

No es que los endorsements no le hayan resultado útiles a Romney en algunos estados. Yo diría más bien que le han funcionado sólo en aquellos estados verdaderamente igualados. En estados en los que se enfrentaba a una demografía hostil, como SC o Mississippi, no han sido suficiente. Pero en otros, como Ohio o Michigan, sí le han ayudado a hacer la diferencia. Y por eso cita el caso concreto de Portman en los suburbios conservadores de Cincinnati, que es prácticamente electorado de Kentucky, y que es donde Romney podía perder la primaria.

En cuanto a los méritos de Santorum, es evidente que los tiene. Sobre todo su fuerza de voluntad. Podrá decir que es el candidato insurgente que más estados ha ganado en una primaria republicana en los últimos 35 años.

Aunque nos queda la duda de cómo hubiera ido esto si Huckabee se hubiera presentado. Creo que lo estaría haciendo mucho mejor que Santorum.

Pedrito de Andía dijo...

Cierto, Antxon. En su día no entendí por qué Huckabee no se presentaba. Sería un gran presidente para EEUU. Y creo que podría ganar la nominación, entre otras cosas porque sus medios en esta campaña serían muy superiores a los de Santorum y además es más conocido.

Dicho esto, es cierto que Santorum es el candidato insurgente más triunfador de los últimos años/décadas. Hasta el punto de que yo creo que sigue teniendo opciones, aunque no depende de sí mismo, sino de un resbalón grave de Romney (lo del Etch-a-Sketch le va a hacer daño, pero obviamente no pasa de anécdota). Tiene un mérito enorme lo que está haciendo. Y va a seguir ganando: lo próximo, Louisiana.

Antxon G. dijo...

Yo le reconozco fuerza de voluntad, pero más allá de eso, no tengo claro hasta qué puntos ea mérito suyo. Creo que por ejemplo Herman Cain, de haber sido un marido ejemplar, hubiera llegado más lejos de lo que está llegando Santorum en esta campaña porque generaba más simpatías entre los votantes pragmáticos, incluso entre los libertarios. No estaba tan encasillado como Santorum, que es percibido básicamente como el candidato de los fundamentalistas. Santorum es un poco lo que le queda a esa gente para evitar a Romney, pero tiene un techo muy bajo.

Anónimo dijo...

Con Cain si que nos lo hubiéramos pasado bien, además era un candidato sin el equipaje de santorum, que por lejos que haya llegado por el empeño de algunos sectores para mi nunca ha sido un candidato creíble. Yo es que me lo imagino en campaña contra Obama y me da la risa.

César G.