lunes, 17 de septiembre de 2012

Cuando Mississippi era un estado indeciso


(Foto: Thomas J. O'Halloran / U.S. News & World Report Magazine Photograph Collection)


(Foto: Karl Schumacher / Ford Presidential Library)

El Presidente Gerald Ford hace campaña en Gulfport y Biloxi, en la costa de Mississippi. Las fotos están tomadas durante una gira de dos días por tres estados del Sur Profundo (AL, MS y LA) en septiembre de 1976. ¿Volveremos a ver algún día a estos estados ser protagonistas en la recta final de una campaña presidencial?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues complicado parece que a corto plazo el Deep South vuelva a estar en juego. La última vez fue con Clinton-Gore, ambos sureños y que consiguieron muy buenos resultados. Pero a día de hoy haría falta un demócrata sureño para que estos fueran competitivos y no veo que en la actual coyuntura un Clinton o un Gore consiguieran ganarse el apoyo de las bases demócratas en unas primarias. Hace unos años se alertaba de que el Partido Republicano corría el riesgo de "sureñizarse" demasiado. Ahora parece que es el demócrata el que se está regionalizando, mientras que parece que los republicanos (al menos a nivel local) son algo más competitivos en todo el país.

Un saludo:
Cornelio Sila

Antxon G. dijo...

Aquel fue el último año que Mississippi votó demócrata en unas presidenciales. Carter se lo llevó por 15,000 votos.

Clinton-Gore tuvieron buenso resultados, ganando Arkansas y tennessee, y también georgia y Louisiana, aunque estos dos últimos en gran medida porque Ross Perot se llevó mucho voto republicano.

Pero en cuanto sacaron los temas equivocados presionados por la prensa y las élites académicas (cuando Gore empezó a hablar del control de armas) se jodió.

En 1976 unas elecciones igualadas eran unas elecciones igualadas en todos los rincones del país. Aquel año estuvieron disputadísimos estados tan distintos como Mississippi, Alabama, Texas, Illinois, Pennsylvania, Connecticut, California.

Hoy en día en una elección igualada ya damos por hecho que hay una mayoría de estados que ya están ganados por uno u otro candidato, y la elección se reduce a muy poquitos estados (en el resto del país ni ven a los candidatos). Es como el fútbol que con el tiempo se ha ido jugando en cada vez menos espacio del campo.