El General Wesley Clark fue el último en incorporarse a la competición por la nominación demócrata de 2004. Anunció candidatura el 17 de septiembre de 2003 y se unió a un pelotón liderado por un Howard Dean al que todavía no se tomaba demasiado en serio.
Los medios introdujeron a Clark como la opción ideal para enfrentar a Bush en una campaña dominada por la guerra y la política exterior. Tuvo un protagonismo mediático desmedido en las semanas previas e inmediatamente posteriores a su entrada y rápidamente se colocó en cabeza en Gallup.
Hace cuatro años tuvimos un caso similar con el ex Senador Fred Thompson que entraba en la carrera el 6 de septiembre de 2007 para saciar la necesidad de las bases republicanas de tener un candidato ideológicamente más puro. No llegó a encabezar las encuestas pero debutó con un impresionante 22% como principal alternativa conservadora a Giuliani.
Clark y Thompson cayeron a la misma velocidad que surgieron. En seis semanas todo volvió a donde estaba antes de su llegada.
¿Puede repetirse con Perry? Puede. Pero hay una diferencia: Clark no era un político y se empezó a sentir perdido en una campaña exigente; Fred Thompson llevaba un lustro retirado de la política y su última campaña se remontaba a 1996; y Rick Perry es un político, ha competido y ganado en 9 elecciones, desde 1984 hasta la actualidad ha tenido una elección cada dos o cuatro años, la última en 2010 con una dura primaria además de la elección estatal.
1 comentario:
Hay un aspecto de Perry que puede funcionar extraordinariamente bien en el suroeste y oeste y es que, en muchos de los problemas que existen hoy día en USA se muestra muy federalista. No solo en temas sociales como el matrimonio gay sino tambien en lo relativo al seguro sanitario. No recuerdo, de los tiempos recientes, un candidato con posibilidades con un perfil tan federalista. Verremos como le funciona.
Rockford.
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