jueves, 30 de diciembre de 2010
"Hello Democrats! Welcome to Chicago"
El Senador Gene McCarthy, de Minnesota, anunció su candidatura el 30 de noviembre de 1967 diciendo, "estoy preocupado porque esta administración parece no tener límite en el precio que está dispuesta a pagar por una victoria militar." No tenía un deseo real de ser Presidente. Su intención era influir en el Gobierno federal (los demócratas controlaban la Presidencia y las dos cámaras del Congreso) para poner fin a la implicación de EEUU en la Guerra de Vietnam.
Los grandes medios no lo tomaron en serio y lo describieron como un simple "poeta político", pero miles de estudiantes universitarios y activistas contra la guerra se trasladaron hasta New Hampshire para hacer campaña en su nombre. Muchos de ellos se cortaron el pelo y se afeitaron la barba en un fenómeno que se conoció como "Get Clean For Gean". Liderados por Sam Brown, coordinador de juventud de la campaña, distribuyeron panfletos, tocaron puertas y organizaron estrategias para conducir a los votantes a las urnas.
La percepción del público empezó a cambiar con la Ofensiva del Tet (enero de 1968) que supuso una escalada en la guerra. La desilusión por la guerra creció entre los demócratas, los medios comenzaron a prestar más atención a la candidatura alternativa de McCarthy, y este empezó a ser algo más que una anécdota en las encuestas de opinión.
El 12 de marzo, McCarthy perdió el voto popular en la primaria de New Hampshire por sólo 7 puntos (42%-49%) pero ganó una amplia mayoría en delegados (20 de los 24 delegados que se repartían). Esto fue gracias a que presentó el número justo de delegados elegibles, mientras que el Presidente Lyndon Johnson permitió que demasiados políticos locales aparecieran en las papeletas, fruto de una mala preparación de la primaria, por no tomarse en serio la amenaza de McCarthy.
El resultado de New Hampshire fue devastador para la Casa Blanca. McCarthy no suponía una amenaza real para la nominación de Johnson porque carecía de estructura fuera de New Hampshire, pero sí podía poner de manifiesto que el Presidente se encontraba en una situación más vulnerable de lo que se creía. McCarthy había hecho el trabajo sucio. La auténtica amenaza la planteó el Senador Bobby Kennedy, de Nueva York, al anunciar su candidatura presidencial sólo cuatro días después.
El 31 de marzo, por sorpresa, el Presidente Johnson apareció en las pantallas de televisión para anunciar que "no buscaré ni aceptaré, la nominación de mi partido para otro mandato como vuestro Presidente."
La renuncia de Johnson dejó al electorado demócrata dividido en tres facciones: el establishment, esto es, los poderes que venían controlando el partido desde los años de Franklin D. Rooosevelt, los grandes sidicatos tradicionales, los jefes de los comités locales y los barones urbanos, presionaban al Vicepresidente Hubert Humphrey para que presentase su candidatura; liberales burgueses, intelectuales y estudiantes universitarios conformaban la base electoral de McCarthy; y Kennedy tenía el favor de los católicos, los afroamericanos, los hispanos, y otras minorías étnicas y raciales, y el mayor margen para ampliar su base.
Cuando el Vicepresidente Humphrey fue informado de la decisión de Johnson, advirtió, "no hay manera de que yo pueda vencer a los Kennedy." En contra de su voluntad, presionado por su Presidente y su partido, Humphrey anunció su candidatura a finales de abril de 1968.
Era demasiado tarde para empezar a competir en serio en las primarias, y dejó que lo hicieran en su lugar hijos favoritos como los Senadores George Smathers, de Florida, y Stephen Young, de Ohio, o el Gobernador Roger Branigin, de Indiana, mientras él se concentraba en ganar los delegados de los estados que no celebraban primarias -en 1968 sólo 13 estados las celebraban. Young y Smathers ganaron las primarias en Ohio y Florida, entregando sus delegados a Humphrey; Kennedy derrotó a Branigin en Indiana, y a McCarthy en Nebraska; y McCarthy derrotó a Kennedy en Oregon.
La primaria de California iba a ser decisiva para establecer quién sería la alternativa a Humphrey en la convención. McCarthy hizo campaña en las facultades y Kennedy recorrió los ghettos y barrios más desfavorecidos de las grandes ciudades del estado. Se enfrentaron en un debate televisado en el que McCarthy cometió dos errores: dijo que estaría dispuesto a formar un gobierno de coalición con los comunistas en Vietnam del Sur, y defendió el traslado de los negros de algunas ciudades para resolver conflictos urbanos. Kennedy lo acusó de ser débil frente al comunismo, y de no defender a la comunidad afroamericana.
El 4 de junio, Kennedy ganó (46%-42%) pero McCarthy se negó a retirarse y anunció que competiría en la primaria de Nueva York. Una versión romántica de los hechos sostiene que aquella noche el Alcalde de Chicago Richard Daley telefoneó a Kennedy para ofrecerle su apoyo. En el equipo de Kennedy llevaban tiempo intentando ganar el endorsement de Daley, ya que consideraban que esto provocaría que muchos delegados no electos abandonaran a Humphrey para unirse a ellos. Nunca sabremos si el endorsement se hubiera producido porque el Senador Kennedy fue tiroteado y asesinado aquella noche mientras celebraba su victoria en el hotel Ambassador de Los Angeles.
El 80% de los votantes que participaron en las primarias demócratas habían votado a candidatos anti-guerra (McCarthy o Kennedy), pero los delegados no electos se disponían a elegir a otro candidato. Humphrey compitió con desgana. En mayo había dicho a un periodista que todavía esperaba que el Presidente Johnson reconsiderase su decisión, y pocos días antes de la primaria de California confesó a uno de sus asesores que esperaba que Kennedy ganase ampliamente porque prefería retirarse antes que mantener un enfrentamiento con él en la convención.
Con Bobby muerto, McCarthy fue incapaz de montar una operación efectiva entre junio y agosto para atraer el favor de sus seguidores, y la nominación de Humphrey se volvió inevitable. McCarthy, muy vinculado al mundo intelectual y a la burguesía liberal de clase media alta, no logró el favor de las minorías étnicas. Los afroamericanos que habían apoyado a Kennedy, preferían a Humphrey antes que a McCarthy. Y muchos de los delegados más jóvenes de Kennedy decidieron apoyar al Senador George McGovern, de Dakota del Sur, que anunció su candidatura el 10 de agosto, a dos semanas de que empezara la convención.
Los activistas anti-guerra, frustrados por el hecho de que el proceso democrático no hubiera servido para nada, convocaron actos de protesta en Chicago para los cuatro días de convención. David Dellinger (editor de la revista Liberation y presidente del National Mobilization Committee to End War in Vietnam), Rennie Davis (líder de Center for Radical Research), Vernon Grizzard (líder de la resistencia contra el servicio militar obligatorio), Tom Hayden (líder de Students for a Democratic Society), Jerry Rubin y Abbi Hoffman (líderes de Youth International Party (YIPPIES)) coordinaron con unos 100 grupos anti-guerra la llegada de cientos de miles de jóvenes a la ciudad.
La violencia racial desatada por el asesinato de Martin Luther King aquella primavera en varias ciudades del país, incluída Chicago, donde el Alcalde Daley había dado órdenes a la policía de "disparar a matar", era un anticipo de lo que podía ocurrir. El miedo a los disturbios llevó al partido a plantear el traslado de la convención a Miami. La idea era reutilizar el recinto en el que poco antes se había celebrado la convención republicana, donde ya había líneas telefónicas y equipos de tv instalados. Pero Daley amenazó con romper la convención si no se celebraba en Chicago. No hubo traslado.
Humphrey llegó a Chicago con la nominación en el bolsillo. Contaba con entre 100 y 200 delegados más de los necesarios para salir nominado en la primera votación. Pero tuvo que enfrentar duras batallas en el comité de credenciales. Las delegaciones de 15 estados trataron de sustituir a los delegados de Humphrey y sentar delegados anti-guerra. Las fuerzas de Humphrey ganaron todas las batallas.
Richard Daley se reunió con la delegación de Illinois el fin de semana anterior a la apertura de la convención, y decidió que sus delegados continuarían "neutrales" 48 horas más. El Alcalde de Chicago estaba buscando fórmulas para pacificar la convención. Telefoneó al Senador Ted Kennedy, de Massachusetts, para pedirle que anunciara públicamente su disponibilidad a ser candidato. Kennedy se negó a hacer ninguna declaración pública pero dijo que aceptaría siempre y cuando el movimiento para reclutarle como candidato fuese espontáneo, y envió a su cuñado Steve Smith a reunirse con Daley.
Hubo reuniones con McCarthy para sondear si estaba dispuesto a apoyar una candidatura encabezada por Ted Kennedy. La idea de Daley, coordinada con el equipo de Humphrey, era bastante audaz: Kennedy volvería a atraer a los descontentos al proceso, perdería la nominación frente a Humphrey, y este le invitaría a unirse a su ticket, escenificando así la paz de la familia demócrata. La operación fracasó cuando David Schoumacher, de la CBS, informó de que Smith había visitado a McCarthy en su suite del hotel Conrad Hilton para "pedirle" su apoyo. Kennedy se enfadó porque se transmitió la impresión de que estaba presionando a McCarthy, y dio marcha atrás.
La Guerra de Vietnam fue el eje de las discusiones en la convención. Los jefes del partido programaron el polémico debate sobre una "proposición pacifista" para la madrugada del segundo día de convención. Pero la airada reacción de los delegados pacifistas obligó a celebrarla en la tarde del tercer día. El debate fue limitado a una hora para cada una de las partes, para evitar intercambios hostiles.
Algunos asesores de Humphrey comprendieron que aceptar el lenguaje pacifista en el programa electoral podía ser la clave que ayudara al candidato a hacer la transición de Johnson a McCarthy-Kennedy. Pero había un miedo atroz por disgustar a Johnson. Humphrey telefoneó al Presidente, que estaba en su rancho de Texas sin ningún interés por dejarse ver en la convención, para hacerle una última súplica.
La respuesta de Johnson fue tajante: "la plataforma no encaja con las políticas de este gobierno."
Humphrey insitió: "señor Presidente, esto es lo que siento que deberíamos hacer."
Johnson: "no lo puedo apoyar, y tampoco creo que el comité vaya a apoyarlo."
Humphrey: "pero, señor Presidente, tiene el visto bueno de Rusk (Secretario de Estado) y Rostow (Consejero de Seguridad Nacional)."
Johnson: "bien... no ha sido autorizado por mí."
Humphrey no abrió la boca y la proposición pacifista fue derrotada por 1,567 votos frente a 1,041. Las delegaciones de Nueva York y California empezaron a cantar "We Shall Overcome" y más delegaciones se les sumaron en la protesta. La televisión hizo imposible ocultar las protestas. El partido había colocado a las delegaciones más problemáticas en la parte de atrás para que fueran menos visibles, y había cerrado sus micrófonos, pero los reporteros de la televisión lo cubrieron todo desde abajo.
Durante el debate de la proposición, fuera del centro de convenciones ocurrió la conocida como "Batalla de Michigan Avenue." Los manifestantes anti-guerra, fueron violentamente reducidos en su intento por entrar en la convención, rodeada de barricadas. Peatones inocentes, reporteros, y hasta médicos y auxiliares sanitarios fueron heridos por la policía de Chicago, y el gas lacrimógeno entró de los edificios cercanos, incluído el hotel Conrad Hilton, donde se hospedaban todos los políticos.
11,500 policías de Chicago, 7,500 soldados del ejército, 7,500 soldados de la Guardia Nacional de Illinois y 1,000 agentes del Servicio Secreto rodearon el Amphitheater de Chicago durante los cuatro días de convención. 100 manifestantes y 119 policías resultaron heridos de diversa consideración. 589 personas fueron arrestadas. 65 periodistas fueron agredidos, arrestados, o ambas cosas. McCarthy dijo que las formaciones de policía le recordaban a las de la última batalla del general cartaginés Aníbal. McGovern comparó la actuación de la policía con la de la Alemania nazi. Y Richard Daley empezaba a echar humo porque todos subrayaban la violencia de la policía y no la de los manifestantes.
La candidatura de Humphrey fue presentada ante los delegados por el Alcalde Joseph Alioto, de San Francisco. El Senador Abraham Ribicoff, de Connecticut, presentó la candidatura de McGovern diciendo que con él de Presidente "no hubieramos tenido estas tácticas de la Gestapo en las calles de Chicago." Las cámaras de televisión enfocaron a un enfurecido Alcalde Daley, sentado en la delegación de Illinois, gritando a Ribicoff "que te jodan." Ribicoff le respondió, "qué duro es aceptar la verdad, ¡qué duro!"
Humphrey obtuvo la nominación a las 11:47 de la noche. Se hizo con 1,761 delegados, con una amplia ventaja sobre McCarthy que se quedó con 601, y McGovern con 146. Varios asesores de Humphrey, incluído el director de su campaña Larry O'Brien, le aconsejaron que anunciara su dimisión como Vicepresidente porque era el único modo de conseguir que Ted Kennedy le acompañara en el ticket. Humphrey consideró la idea durante media hora y la rechazó.
Barajaron también la posibilidad de dar un golpe de efecto seleccionando como running-mate a un republicano liberal, el Gobernador Nelson Rockefeller, de Nueva York. Se pusieron en contacto con él a través de intermediarios pero llegaron a la conclusión de que era legalmente imposible que Rockefeller se presentara como demócrata. La cosa se redujo a dos nombres, los Senadores Edmund Muskie, de Maine, y Fred Harris, de Oklahoma. Humphrey terminó eligiendo a Muskie, un político sólido y respetado por todos, que podía aportar calma y autoconfianza a una campaña caótica.
La última noche de convención se rindió tributo a Bobby Kennedy con la proyección de una película seguida de un interminable aplauso. Las delegaciones de Nueva York y California empezaron a cantar "The Battle Hymn of the Republic". Las delegaciones de Texas e Illinois se sentaron, indicando que las demostraciones debían ir terminando. Pero tres cuartos de la galería se sumaron al coro y la demostración continuó veinte minutos más.
El Alcalde Daley mandó al ex atleta Ralph Metcalfe que subiera al podium para pedir un minuto de silencio por la memoria de Martin Luther King, y ahí se acabaron las demostraciones pro-Kennedy. Seguidamente, el cuarto restante de la galería empezó una demostración pro-Daley con cientos de pancartas en las que podía leerse "We Love You, Daley". Las había imprimido y repartido aquella tarde el equipo del Alcalde para contrarestar las críticas recibidas por la actuación de su policía.
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5 comentarios:
Excelente articulo ¿Me parece a mi o las convenciones demócratas son en general mas calientes que las repulicanas? Ser del sur o no serlo, estar a favor de la guerra o los derechos civiles siempre divide a un partido demasiado aparatoso.
Francisco
Depende de la época. Cuatro años antes la de los republicanos en San Francisco que encumbró a Goldwater fue bastante traumática también.
Lo que ocurre también es que los demócratas generalmente han tenido reglas más complicadas. Por ejemplo en su día la regla de los dos tercios para conseguir la nominaicón, en vez de la mayoría simple.
http://twitter.com/#!/Be_Agua/status/20639667565101056
Urge que te hagas una cuenta en twitter para este tipo de cosas, además de para retuits y todo lo que ya allí podemos explicarte.
Así como una firma personal ya seria de todo esto, que los tiempos están cambiando y ahora lo que se llevan son las identidades ;)
Y en este caso ciertamente que la merece y merece la pena...
Piensa al respecto, por favor, y para cualquier cosa que necesites, ya sabes.
Beatriz
Además...empezar en la nueva era Twitter justo cuando comienzan los 10's tiene su aquél...
Piánsatelo. Pero no más que lo justo y necesario :D
Totalmente de acuerdo con Agua :)
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