La campaña de Herman Cain ha realizado un video musical que dice así: "Parece que las cosas están más o menos al revés, seguro que podríamos utilizar a alguien para darles la vuelta: Herman Cain. Lo ha hecho antes, lo puede volver a hacer, su tren viene a la ciudad como un huracán. Herman Cain... súbete al tren de Herman Cain."
El video comienza con un cantante country diciendo que Cain es "un verdadero hijo del Sur", y muestra al candidato dirigiéndose a las multitudes en diferentes ciudades, defendiendo al Tea Party y recordando que él sí es tataranieto de esclavos, haciendo buenas migas con gente de todos los colores y clases, y hasta haciendo reir al izquierdista Lee Fang (de Think Progress).
Cain es el candidato que más está creciendo desde que Huckabee anunció que no se presentaba. Se desempeña como el candidato más genuino del montón.
2 comentarios:
Desde luego, acabo de leer la biografía de Cain y está impresionantemente como diseñada para un candidato presidencial, con superación de cáncer incluida.
A ver si va a ser el tapado...
¿Cómo lo ves Antxón?
A mí Herman Cain me encanta. Es un tío preparado, inteligente, optimista, sincero, genuino, divertido. Lo tiene todo. Sólo le falla el no haber ocupado nunca un cargo electo. Aunque el GOP ya tiene experiencia nominando a ciudadanos privados.
Cain gusta a conservadores sociales y conservadores fiscales, gusta al Tea Party y a los movimientos de base. Si ganara tracción y se convirtiera en principal alternativa a cualquier front-runner recibiría muchísimas donaicones individuales y atraería gente nueva al proceso. Y para colmo podría quitar voto afroamericano a Obama en suburbios de ciudades como Charlotte o Philadelphia, y si fuera capaz de mantener el voto blanco tradicional sería potentísimo.
Si un Ross Perot fue capaz de conseguir casi el 20% del voto nacional sin ir representando a uno de los dos grandes partidos, es perfectamente posible que un ciudadano privado como Cain, representando a uno de los dos grandes partidos, pueda disputar la Presidencia, siempre en un contexto adecuado, con un electorado desencantado.
Su problema está en que es demasiado imprevisible para las élites, un candidato difícil de controlar para los que acostumbran a controlar a los candidatos. Las élites prefieren políticos profesionales y sumisos.
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