lunes, 13 de agosto de 2012

A la sombra de Goldwater



Convención republicana, 1964: el Senador Barry Goldwater posa con su running-mate, William Miller, un oscuro Congresista de Lockport, Nueva York.

Hasta la selección de Paul Ryan, Miller ha sido el último miembro en activo de la Cámara de Representantes que integró un ticket presidencial republicano. El paralelismo termina ahí.

Aunque buen orador, Miller era un peso ligero que fue recibido con menosprecio por los veteranos de las administraciones de Eisenhower que querían al Gobernador William Scranton, de Pennsylvania. Pero Goldwater no quería a su lado hombres con ideas y personalidad propia, sino un lugarteniente agresivo y obediente para su causa. Y Miller le ofrecía eso además de equilibrio geográfico (Suroeste-Noreste) y religioso (protestante-católico).

Un mes después de la convención, una encuesta interna del Partido Republicano reveló que el 72% de los americanos seguían sin saber quién era William Miller. Dos años después de las elecciones, Miller acudió como invitado al show de Johnny Carson y nadie entre el público del plató fue capaz de identificar correctamente al hombre que un día había sido candidato a la Vicepresidencia.

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