lunes, 20 de febrero de 2012
Geografía electoral de Michigan
Hay dos cosas que distinguen a Michigan políticamente: 1) es un estado socialmente conservador, pro-armas, pro-vida, pro-valores familiares (en 2004 una enmienda constitucional para prohibir el matrimonio gay fue apoyada incluso en áreas demócratas), y 2) es uno de los estados más sindicalizados de la Unión (se calcula que más del 20% de sus trabajadores están afiliados a un sindicato). Ese equilibrio entre conservadurismo cultural e influencia sindical, muy propio del Medio Oeste, es lo que suele determinar el comportamiento electoral del estado.
Las ciudades con una fuerte presencia de la industria automovilística, como Detroit, Lansing, Flint y Saginaw, hacen del Este de Michigan un paraíso sindical y, en consecuencia, un feudo demócrata. A ellas se une Ann Arbor que, con casi un 35% de población académica, es la única ciudad de Michigan a la que podemos considerar liberal símplemente por ideología; con los típicos votantes que se movilizan más contra la guerra o por el aborto, que por el trabajo.
En una primaria republicana, lo que más nos interesa de esa zona son los suburbios de Detroit que se extienden por los condados de Oakland, Macomb y Wayne. En la primaria republicana de 2008, esos tres condados fueron los que más votos aportaron: Oakland aportó 133,000 votos, Wayne 99,000 votos, y Macomb 77,000.
Detroit se está convirtiendo a marchas forzadas en una ciudad sólo de negros. Actualmente, el 83% de su población es afroamericana. En 1940, el 90% de su población era blanca. Esa transformación ha ido acompañada de una alarmante pérdida de población. En 1950, tenía cerca de 2 millones de habitantes; ahora tiene menos de 1 millón. Sólo desde el año 2000 ha perdido el 25% de su población.
Los blancos se han ido a los suburbios, y los negros se han quedado en la ciudad, que se ha convertido en un auténtico estercolero, porque los suburbios de Oakland son demasiado caros, y los de Wayne son más económicos, para clase trabajadora, pero registran algunos de los niveles de hostilidad más altos del país contra los negros. Por ejemplo Dearborn, un suburbio de Detroit con 100,000 habitantes, tiene sólo un 1% de población negra; y Livonia, otro famoso suburbio de unos 100,500 habitantes, tiene sólo un 0.9% de negros.
Así que en números absolutos, el condado de Oakland es el mayor vivero de votos republicanos. El 15% del voto republicano estatal se concentra allí. En 2008, Romney superó a McCain en 20 puntos en Oakland. Eso sumado a victorias similares en Macomb y Wayne, fue lo que le otorgó a Romney una ventaja de 9 puntos a nivel estatal. Pero el electorado de Macomb, blanco, católico y trabajador, es muy similar al que podemos encontrar en los suburbios de Pittsburgh, en Pennsylvania. Y ahí Santorum puede ser más competitivo que McCain, incluso favorito.
Lejos de los suburbios de Detroit, los dos condados que más votos aportan son Kent y Ottawa, que albergan el área metropolitana de Grand Rapids. Esa es la región que Gerald Ford representó en el Congreso durante más de dos décadas. Es un feudo republicano. Ahí la cosa estuvo más igualada; Romney derrotó a McCain por entre 5 y 8 puntos. Pero en aquella primaria Romney era la alternativa conservadora a McCain, y esta vez es Santorum la alternativa al candidato del establishment, por lo que es difícil adivinar el resultado.
El resto de la sección Oeste de Michigan, mayormente rural, con pequeños núcleos urbanos en Holland y Kalamazoo en el Sur, y Traverse City en el Norte, es profundamente conservador. La mayoría de la población en toda esa zona es de origen holandés y está dominada por denominaciones cristianas calvinistas muy puritanas. Además, está libre de la influencia sindical y se ha mantenido alejada de la revolución de los derechos civiles que trajo a miles de negros de los estados sureños a Detroit a mediados del siglo pasado. Será territorio Santorum.
El Antiplano Superior y la Península Superior, la zona que está al Norte de Wisconsin, separada del resto del estado, fue una zona minera de gran tradición sindical, pero hace décadas que la economía dejó de estar basada en la minería, los viejos demócratas del New Deal empezaron a morir en los años 80, y el conservadurismo cultural que siempre había estado presente, empezó a pesar más. La capacidad de movilización de las iglesias empezó a eclipsar a la movilización sindical, especialmente en la Península. Es un territorio de "demócratas de Reagan" que, para fortuna de Santorum, también puede recordar al Oeste de Pennsylvania. De todos modos, esta región aporta pocos votos.
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