domingo, 22 de julio de 2012

¿Un CEO para Presidente?



Vean el video. Es Lee Iacocca, anunciando el Chrysler LeBaron, modelo de 1982. Iacocca era el CEO de Chrysler en aquella época. Para algunos, un tipo inteligente y pragmático que salvó a Chrysler de la bancarrota. Para otros, un egomaníaco. De lo que no hay duda es que sabía cómo hablar al público americano. Se convirtió en la cara visible de la compañía y del renovado espíritu de los hacedores americanos. Él mismo protagonizaba los anuncios de los nuevos modelos de automóvil. Miraba fíjamente a cámara, apuntaba con su dedo índice, y lanzaba esa clase de desafío que siempre ha resultado irresistible para el competitivo ciudadano estadounidense: "Si encuentra un coche mejor, cómprelo," solía sentenciar.

Cuántas veces hemos dicho de algún candidato con talento para encantar al público, que es un buen vendedor de coches. Pues Iacocca se dedicaba exactamente a eso y pudo ser Presidente. Después del estrepitoso fracaso de Mondale en el 84, muchos demócratas desencantados miraron a Iacocca. No estaba clara su filiación política, pero en una ocasión había dicho que, al menos a un nivel sentimental y familiar (era hijo de inmigrantes italianos), se sentía más cercano a los demócratas, y eso bastó para que un reducido grupo de ex asesores de las campañas de Gary Hart y John Glenn creasen en 1986 el Draft Lee Iacocca For President Committee, con la idea de recabar apoyos y fondos para reclutar a Iacocca como candidato para el 88.

No se le conocían opiniones más allá de la política comercial y la competitividad americana, su tema favorito, pero sus seguidores le atribuían el carácter, el liderazgo y la habilidad comunicativa que se buscan en un Presidente. Además, era popular. Una especie de héroe nacional en un país y en una época en que los héroes ya no solo servían para estimular los sueños, sino también la voracidad y el consumo. Su prestigio no hizo más que aumentar cuando recaudó más de 200 millones en donativos privados para ayudar a restaurar la Estatua de la Libertad. Salió en un capítulo de 'Corrupción en Miami'. La revista Time le dedicó dos portadas en un plazo de dos años (1 y 2). Y en las encuestas aparecía en segundo lugar en las preferencias demócratas, solo por detrás de Gary Hart, porque tenía el brillo de un ganador.

¿Por qué con un país rendido a sus pies, el señor Iacocca renunció finalmente a buscar la Presidencia? En su autobiografía enumeró algunas razones:

- No tengo temperamento para la política.
- Soy demasiado impaciente.
- Soy franco en extremo. Nada diplomático.
- No puedo imaginarme esperando ocho años para ver si puedo aprobar un proyecto energético.

No eran las típicas razones que estamos acostumbrados a escuchar, esas de, no tengo padrinos políticos o hay que recaudar demasiado dinero. Sus razones tenían más que ver con el carácter y la forma de trabajar. Venía a decir que los atributos que te convierten en un eficaz CEO pueden hacer que te pierdas un poco en el papel de líder político porque en política no siempre puedes esperar un balance positivo al final del día.

EEUU todavía no ha tenido un Presidente que haya sido director ejecutivo de una gran compañía. Ha habido hombres de negocios. Warren Harding fue editor de periódicos en Ohio, Herbert Hoover hizo fortuna como industrial en el sector de la minería, Harry Truman tuvo una mercería, Jimmy Carter dirigió una granja de cacahuetes, George W. Bush fue el primer Presidente con un Máster en Administración de Empresas. Pero no ha habido un CEO en el sentido moderno del concepto. Iacocca no quiso intentarlo. Ross Perot y Steve Forbes lo intentaron pero no estuvieron cerca. Mark Warner no se atrevió a competir con políticos trasnochados en 2008 porque no creyó que su partido tuviera madurez para elegirlo.

Mitt Romney aspira a ser el primer Presidente con experiencia de CEO y es el que más cerca de la Casa Blanca ha llegado hasta el momento. A diferencia de Iacocca, Perot o Forbes, y al igual que Warner, ya cuenta con experiencia política y ha sido el jefe ejecutivo de un gran estado. La idea del CEO Presidente genera desconfianza en los sectores más ideologizados del país, pero a mí es lo que me resulta más intrigante de una hipotética Presidencia de Romney. Probar a un antiguo líder corporativo como líder nacional y ver si, de tener éxito, podría desplazar a la gente que solo vive y cobra de la política y animar a otros profesionales independientes a reclamar puestos de liderazgo en la sociedad.

4 comentarios:

JH dijo...

"If you can find a better car, buy it." Esto llegó hasta España creo que con un detergente.

La idea del empresario-presidente no es mala del todo, aunque le veo sus riesgos. Básicamente, que los empresarios son gente cuyo trabajo consiste en ganar dinero, y aunque puedan ser eficaces hay momentos en los que la pura gestión no es lo único importante. Claro que ahora mismo - como casi siempre, pero especialmente - el tema fundamental es la economía, y ahí Romney si puede tener su sitio.

Por cierto, hablando de economía. ¿Se sabe si Romney tiene alguna influencia en especial en esta materia? Quiero decir que aparte de la gestión, es importante la visión que se tiene. Es evidente que Romney no es keynesiano. ¿Es más de Friedman o de Hayek?

Antxon G. dijo...

No creo que su influencia esté en el mundo académico. Parece un hombre práctico que se apoya más en las experiencias que ha vivido en primera persona.

Oye, ¿cuál es ese detergente? Me gustaría ver el anuncio.

JH dijo...

El detergente Colón. He aquí el anuncio:

http://www.youtube.com/watch?v=W0BeRk7SzMQ

Viendo el americano la verdad es que no tiene la misma fuerza, aunque al menos es original respecto a los anuncios habituales.

Antxon G. dijo...

¡Joder! Es una copia descarada. No la conocía.

A mí me gusta este xD