lunes, 14 de marzo de 2011
Powellmanía (1995)
Jack Kemp, favorito de las bases y ganador de tres straw polls consecutivas en la Conservative Political Action Conference (CPAC), anunció en febrero de 1995 que no iba a ser candidato a Presidente en 1996. Newt Gingrich andaba librando batallas presupuestarias y promoviendo la legislación para desmantelar los programas de beneficencia y cambiar el Medicaid. Los dos hombres que podían generar una mayor excitación en el republicanismo quedaban descartados, y la inevitabilidad de la nominación de Bob Dole, un candidato demasiado viejo y demasiado vinculado a Washington, mataba la ilusión de los más optimistas.
Ese conjunto de circunstancias motivó que todas las miradas se posaran en Colin Powell. El General de cuatro estrellas retirado, el primer afroamericano que lideró al ejército estadounidense, y que lo hizo en tiempo de guerra, era por aquel entonces el hombre más popular del país. Era solicitado como orador en diferentes foros, daba conferencias cobrando 50,000 dólares por cada una, se definía como un "republicano de Lincoln", y arremetía contra la política exterior del Presidente Clinton tildándola de incoherente e improvisada.
La Powellmanía siguió una progresión creciente durante la primavera y el verano, y floreció con fuerza en septiembre coincidiendo con la publicación de su libro de memorias 'Un viaje americano'. "¿Es esto el comienzo de una gira literaria, o una campaña presidencial?", preguntaba Sam Donaldson, corresponsal de ABC News, mientras era testigo de las interminables colas en los alrededores de una librería de McLean, en Virginia, donde el General firmaba ejemplares de su libro.
La gira literaria estuvo acompañada de entrevistas de Powell en prensa escrita, portadas de revista y apariciones en televisión. Pasó por Today, 20/20 con Barbara Walters, y Larry King Live, y David Brinkley le dedicó una edición especial de This Week. Todas las entrevistas eran como largos infocomerciales presentados por vendedores de artilugios que babeaban ante su invitado. No había preguntas incómodas, rara vez se veía obligado a exponer sus ideas sobre asuntos controvertidos, demasiado moderadas para un republicano, y se le permitía hablar de conceptos de fácil adhesión como el liderazgo, el deber o el honor.
Pretigiosos comentaristas conservadores como William Kristol o Bill Bennett le animaban a presentarse. Sólo George Will, porque era amigo personal de Bob Dole y tenía a su mujer trabajando como redactora de discursos del viejo Senador, parecía atreverse a llevar la contraria y denunciar que Powell no era suficientemente conservador.
El fenómeno cesó el 8 de noviembre de 1995, con una rueda de prensa de Powell para anunciar que no sería candidato. Dijo que no se presentaba porque le faltaba la pasión necesaria para ser candidato, y no estaba dispuesto a sacrificar su vida privada -su mujer temía por su integridad física por ser el primer negro con una oportunidad realista de convertirse en Presidente-.
"En lás últimas semanas he mantenido consultas con amigos y asesores. He pasado largas horas hablando con mi mujer y mis hijos, las personas más importantes de mi vida, sobre el impacto que tendría en nosotros mi entrada en la vida política. Requeriría sacrificios y cambios en nuestras vidas que nos son difíciles de afrontar en estos momentos. El bienestar de mi familia tiene que ser mi prioridad. Al final, he tenido que mirar en lo más profundo de mi alma, manteniéndome al margen de las expectativas y el entusiasmo de los demás."
(...) "Ofrecerme como candidato a Presidente requiere un compromiso y una pasión para competir y tener éxito. La clase de pasión y compromiso que he sentido cada día de mis 35 años como soldado. Una pasión y un compromiso que, a pesar de mi esfuerzo, todavía no tengo por la vida política, porque esa vida requiere una llamada que yo todavía no he oído."
También influyó en su decisión que sus asesores no tenían experiencia electoral, y los más importantes operativos republicanos ya estaban comprometidos con otros candidatos. Y a un nivel más personal, el consejo de su amigo el editor afroamericano Earl Graves, de no dejarse llevar por los sondeos que decían que podía ganar. Con palabras sencillas, le explicó lo que era el Efecto Bradley: "Mira tío, no dejes que te convenzan de gilipolleces. Cuando los votantes blancos se metan en esas cabinas de votación, no van a votar por ti."
Nadie entendió que renunciase a ser un pionero. Hubo quien lo acusó de haber utilizado la especulación con fines comerciales, para vender más libros, y quien puso en cuestión su carácter. "Es obvio que este hombre no tiene agallas suficientes. La oportunidad es el 75% del éxito en política, y no puedo imaginar a nadie con mejor oportunidad que Powell. No puedo imaginar una situación más perfectamente creada para que una persona busque la presidencia", comentó el profesor James Lengle, de la Universidad de Georgetown.
Video: Powell anuncia que no se presenta y responde a las preguntas de los periodista. El audio no funciona bien.
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