(Recuperado de Un Vasco en Nashville)
Fue uno de esos acontecimientos que marca a una generación y queda grabado en la memoria colectiva. El más impactante accidente de la historia de la aeronáutica televisado en directo a cada hogar estadounidense. Era una misión con un gran componente humano y patriótico-popular, porque viajaba en el trasbordador una ciudadana americana corriente. Christa McAuliffe, maestra de instituto en un pueblo de New Hampshire. Elegida por el Gobierno para popularizar la carrera espacial y buscar la identificación de esta con el ciudadano medio.
La tragedia del Challenger tenía una bonita historia humana detrás que fue debidamente promocionada por las televisiones en los días previos. Se había involucrado mucho a los escolares de toda América en la construcción de la ilusión por aquel viaje. Todo eso provocó que el accidente se viviera con una intensidad de emociones compartidas incomparable, como no se recordaba en décadas. Todo gracias al talento de aquella Administración para poner los mitos al servicio de la unidad nacional. Aquella gente comprendía bien que los mitos tienen una función cohesiva en los grupos humanos. Compartir mitos es casi tanto como compartir valores y fe. Los mitos permiten al ser humano buscar una respuesta sencilla e irracional a dudas y miedos ante los que no ve una esperanza real. La tragedia o la muerte.
Se canceló el discurso anual sobre el estado de la Unión, que estaba programado para la noche en el Congreso ese mismo día. La Casa Blanca había preparado detenidamente lo que iba a ser un gran día nacional, una sucesión de grandes actos perfectamente programados, con el lanzamiento del Challenger y el posterior discurso del Presidente ante las dos cámaras en Prime Time. Un día cargado de mitología y simbolismo. El guión se torció desde primera hora de la mañana con el fatal accidente, pero al final del día el objetivo del Gobierno para ese día había sido bien cubierto.
La Nación estaba más unida y fuerte que el día anterior, y había encontrado consuelo en las palabras de un Presidente que supo comunicar esperanza en un día negro. Lo hizo, una vez más, valiéndose de la mitología cohesiva. El valor de su discurso estuvo en la capacidad de unir al público en una misma dirección. Nadie cuestionaría los costes materiales del programa de la NASA. En una intervención corta y sencilla, el Presidente homenajeó la gran aventura de la carrera espacial, y buscó la relación con otros grandes aventureros, como el pirata y navegante Sir Francis Drake. Y se dirigió directamente a los niños. Hace tiempo alguien me decía "Why don't we have President's that talk like this anymore?"... ay amigo....
Escrito por Peggy Noonan, etá incluído entre los 10 mejores discursos americanos del Siglo XX. Os dejo la traducción al español:
"Señoras y señores, esta noche tenía planeado hablarles sobre el estado de la unión, pero los terribles acontecimientos de esta mañana me han obligado a cambiar esos planes. Hoy es un día de luto y de recuerdo. Nancy y yo estamos profundamente dolidos por la tragedia del transbordador espacial Challenger. Sentimos y compartimos este dolor con todo nuestro país. Esta es realmente una gran pérdida nacional.
Hace 19 años, casi en el mismo día, perdimos 3 astronautas en un terrible accidente en tierra. Pero nosotros nunca habíamos perdido ningún astronauta en pleno vuelo. Nunca habíamos sufrido una tragedia como esta. Y quizás nunca hemos olvidado el coraje que tuvieron la tripulación del transbordador. Pero ellos, los 7 tripulantes eran conscientes de los riesgos, aun así superaron estos temores y acometieron su trabajo brillantemente.
Hoy honramos a 7 héroes: Michael Smith, Dick Scobee, Judith Resnik, Ronald McNair, llison Onizuka, Gregory Jarvis, and Christa McAuliffe. Sufrimos estas pérdidas como una nación unida.
A las familias de los 7, sentimos el impacto de esta tragedia y compartimos vuestro dolor. Sentimos profundamente la pérdida. Vuestros seres queridos tenían un gran coraje, y esa gracia especial, ese espíritu que dice "dadme un desafío, y lo acometeré con alegría". Ellos tenían un gran ansia de explorar el universo y descubrir sus secretos. Ellos escogieron el servir, y lo hicieron. Y nos sirvieron a todos nosotros hasta el extremo.
Nosotros hemos crecido acostumbrados a las maravillas que se han producido en este siglo. Es difícil ya que algo nuevo nos sorprenda. Pero durante 25 años, el programa espacial de los EEUU ha conseguido maravillarnos. Hemos crecido acostumbrados a la idea del espacio, y quizás olvidamos que esta aventura solamente acaba de comenzar. Todavía somos los pioneros. Ellos, los miembros del Challenger eran pioneros.
Y quiero decir algo a los escolares de toda América, quienes estaban mirando en directo el despegue del transbordador. Sé que es duro de entender, pero algunas veces, sucesos dolorosos como este suceden. Es parte de la exploración y el descubrimiento. Es parte del proceso de expandir los horizontes del ser humano. El futuro no pertenece a los temerosos, el futuro pertenece a los hombres con coraje. La tripulación del Challenger nos estaban conduciendo hacia el futuro, y nosotros los seguiremos.
Yo he siempre tenido una gran fé y un respeto a nuestro programa espacial. Y lo que ha sucedido hoy no la hará disminuir un ápice. Nosotros no ocultamos nuestro programa espacial. No lo mantenemos en secreto. Lo hacemos todo transparentemente al público. Ese es el camino de la libertad y no lo cambiaremos un ápice. Continuaremos la conquista del espacio. Habrá más vuelos espaciales, y más tripulaciones de transbordadores espaciales, sí, más voluntarios, más civiles, más maestros en el espacio. Nada acaba aquí; nuestras esperanzas de seguir el camino andado continúan.
Quiero añadir que deseo y puedo decir a cada hombre y cada mujer que trabaja en la NASA, o que trabaja en esta misión: "Vuestra decicación y profesionalidad nos han conmovido e impresionado durante décadas. Conozco vuestra angustia. La compartimos"
Hoy se produce una coincidencia. Este día, hace 300 años, el gran explorador Sir Francis Drake moría a bordo en las costas de Panama. Durante su vida, el gran explorador de los océanos dijo: "Hemos vivido del mar, muerto en él y enterrado en él". Pues bien, hoy, nosotros podemos decir que la dedicación de la tripulación del Challenger era la misma que la de Drake.
La tripulación del transbordador espacial Challenger nos honra a todos nosotros. Nunca los olvidaremos, no olvidaremos la última vez que los vimos con vida esta mañana mientras se preparaban para el viaje, y nos decían adiós al mismo tiempo que se separaban de la hosca superficie de la Tierra y "tocaban el rostro de Dios". (...)
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